Segundo
día de encierro total, y cuando digo total, es total, no como el de
algunos descerebrados, más de los que debieran. Y la verdad es que
estoy un poco acojonado. Estoy viviendo uno de esos momentos en los
que te planteas muchas cosas sobre tu existencia; te planteas muchas
cosas, pero la principal es la de apreciar el valor de tu vida, el de
la de tu familia, el de la de tus seres queridos. Una vida que cuando
te abofetea, recordándote que a ti también te puede pasar, es
cuando te hace pensar el verdadero valor de la existencia; de mi
existencia; y de la tuya. Porque para que lo sepas, tú también me
interesas; y mucho. Porque mi existencia, y no solo en estos momentos
pandémicos por los que estamos atravesando, depende de la tuya; y
también la tuya de la mía.
Así
que, como yo, tú también debes de quedarte en casa. Seguimos
estando en contacto.
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