jueves, 22 de septiembre de 2016

UNA DE DOS



Yo sé que no me vas a creer lo que tengo que decir, pero es la única verdad; y si estoy aquí es porque me gusta coger los toros por los cuernos y no esconderme detrás de la barrera: las cosas a la cara, y más, cuando es mi felicidad la que está en juego.
Sí, ya lo sé; sé que no te extraña que esté aquí plantando cara, ya que tú harías lo mismo si te encontrase en mi lugar. Pero aún así, tratándose de ti, deberás de reconocer que es un mal trago el que estoy pasando, y más, viendo que ni te inmutas con lo grave, así pienso yo, que es la situación que nos ha tocado vivir.

No sabes el dilema que me crea 
pasar de todo y no decir ni mú, 
por eso estoy aquí, maldIta sea, 
plantando cara como harías tú 

¿Que qué me pasa? ¿No se me nota? ¿No te has dado cuenta todavía? Pues sí, hija, que estoy perdidamente enamorado de ella, de la mujer con la que llevas conviviendo más de tres años, de la mujer con la que cada dos meses haces un viaje, de la mujer a la que le planchas sus vestidos, sus pantalones y le doblas sus braguitas y sujetadores, de la mujer que todos los fines de semana te lleva el desayuno a la cama y un par de rosas rojas cuyos pétalos extiende a lo largo de todo tu cuerpo desnudo después de retirar la bandeja de la primera comida de vuestras mañanas.
Y es así, no tiene más vueltas de hoja, amiga mía: estoy enamorado de ella.

Lo que sucede es que me he enamorado, 
como el perfecto estúpido que soy, 
de la mujer que tienes a tu lado ... 
encájame el directo que te doy. 


Así que, como comprenderás, vengo a por todas, y no esto dispuesto a ceder ni un ápice en mis intenciones sobre la que creo que me puede hacer la persona más feliz del mundo; vengo a llevármela, a apartarla de ti; y por favor, no me pongas condiciones ni trates de buscar soluciones intermedias que lo único que provocarían serían malos rollos entre los tres, o entre los dos, o....., en mí sólo, aunque al decir verdad, y pensándolo fríamente, no sé si una entente sería llevadera. No, no, dejémonos de modernuras y snobismos.

Una de dos, 
o me llevo a esa mujer 
o entre los tres nos organizamos, 
si puede ser. 

Sé que te estás riendo con mi deseo, al considerarlo descabellado e insensato, pero más me estoy riendo yo al ver el ridículo del que soy protagonista. Y me río, no ya por mi propósito áureo, sino por lo pertrechado que venía para contrarrestar tu respuesta cuando te comunicase mi intención: yo, que pensaba que te lanzarías a mi yugular, metafóricamente hablando, como una posesa, al oírla, me había aprovisionado, también metafóricamente hablando, claro está, con los más modernos adelantos bélicos para dar consabida respuesta al ataque del contrincante. Y ahora me encuentro que te lo tomas a cachondeo. La verdad es que no me esperaba tu reacción; bueno, ni yo ni nadie que estuviera en mi lugar. ¿Te lo tomas a broma?, porque yo voy muy en serio.

No creas que te estoy hablando en broma 
aunque es encantador verte reir 
porque estas cosas hay quien se las toma 
a navajazos o como un faquir. 

Y antes de que te montes ninguna película, ni que tu cabeza se pueble de achares y tormentos injustificados, quemazones que tan solo nos podrían aportar, a los tres, terribles consecuencias, decirte que, aunque no se ajuste mi sólida decisión con los pretéritos hechos acaecidos, nuestra relación no ha pasado de efímeras miradas, cargadas, eso sí, de impúdicos deseos por mi parte, sobre todo las de soslayo, y de algún que otro jijí jajá cargados de complicidad, que en realidad han sido los causantes que yo me aventure a este lanzamiento desde las alturas, que dicho sea de paso, a veces pienso que lo hago sin paracaídas ni red “quitagolpes”. Así que, de hechos consumados, nada de nada; puedes estar tranquila.

Que aquí no hay ni Desdémonas ni Otelos 
ni dramas mexicanos de Buñuel, 
recuerda que ese rollo de los celos 
llevó a Caín a aquello con Abel. 
Una de dos ... 
o me llevo a esa mujer 
o entre los tres nos organizamos, 
si puede ser. 


Y por favor, no pienses en ningún momento que trato de hacerte lo que Charles Boyer le hizo en Gaslight a Ingrid Bergman; todo lo contrario. Yo voy por derecho; hay lo que hay, y nada más. Ni me invento nada, ni trato de hacerte ver fantasmas. Como se dice por mi tierra, lo que es, es. Así que, dando la cara y a pecho descubierto, y buscando que luego no vayas a recriminarme que actué solapadamente o con dobleces, te presento mis intenciones.


De qué me sirve andarme con rodeos, 
a ti no puedo hacerte luz de gas, 
Esas maneras son para los feos 
de espíritu y algunas cosas más ... 



Aunque te voy a decir una cosa, y esto te lo digo con toda la sinceridad que creo que me caracteriza, que hay algo en ella que me desconcierta. Le veo un “no sé qué” o un “qué sé yo” que me dice que nuestra deseada y querida morena no entiende nada de nada de sentimientos, y que no ya por su tendencia sexual, considerándola amante tanto de la mortadela como de las brevas, pero que el tiempo que ha estado contigo lo ha hecho porque siempre deseó viajar en los cirros que tú les has ofrecido. Ahora, con los cúmulos que le ofrezco, no le importaría, con los mismos sentimientos que te unían a ti, cambiar de compañero de viaje, todo ello sin olvidar que no rechazaría viajar en los estratos que le pudiésemos ofrecer los dos al mismo tiempo.


Que esa mujer me quiera no es tan raro 
si piensas que a ti te quiere también; 
lo más terrible es que lo ve muy claro, 
pretende no perderse ningún tren, 


Así que, no nos queda más que organizarnos entre los tres, ya que, y esto te lo digo de todo corazón, no desearía que, caso que eligiese mis cúmulos, dentro de dos días me pagase con la misma moneda con la que te ha pagado a ti cuando alguien le ofreciese volar aunque fuese en nimbos borrascosos; y yo, te aseguro, no iba a reaccionar de la misma manera tan civilizada como lo has hecho tú.


Una de dos 
o me llevo a esa mujer 
o te la cambio par dos de quince, 
si puede ser ..

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