Balcones de Cádiz.
Hablar de balcones en Cádiz es empezar y no acabar. Esas calles estrechas en Santa María o la Viña, en el Mentidero o en el Pópulo, con sus balcones poblados de macetas.
Un sábado por la mañana, recuerdo ahora, paseando por la plaza de la Cruz Verde –lugar de reunión para adentrarse en la Viña en tiempo de Carnavales-, me adentré en los Callejones de Cardoso, camino de La Caleta, donde había dejado la moto, me percaté de la conversación que tenían un geranio, en la acera de los pares, con un helecho, en la de los impares.
- Pisha, como no te vengas a mi balcón, no te va a dar el sol en todo el día.
- ¡Qué bastinazo!, déjate de sol, que yo estoy muy bien aquí en mi sombrita; y tú, como no te pongas una sombrilla de la Cruz Blanca, te vas a secar como el ojo Benito. Fíjate cómo está ya la enredadera que tienes al lado; está to mustia.
- Pisha, la verdad es que llevas razón. Voy a poner la sombrillita, que si no me va a pasar como a uno de mis antepasados, el del 77. ¿No te lo han contado?
- Pues claro que me lo han contado; qué buen año aquél. Eso sí que fue una manifestación, y no las que hacen ahora.
- Llevas razón, aquellas sí que eran manifestaciones. Según me han contado, nunca se vio más gente en la calle que en aquel octubre del 77.
Pues como te iba contando, mi antepasado del 77, como se secó de tanto sol, no pudo asistir a la manifestación y poner un granito de arena para que no se cerraran los Astilleros. Lo metieron para el patio interior y se perdió toda la movida.
- Sí que es verdad, ¡qué bastinazo! Me contaron que mis antepasados jugaron un papel importantísimo en aquellos días de manifestaciones. Los trabajadores corriendo para un lado, y detrás los policías con los botes de humo y las pelotas de goma. Así una y otra vez, hasta que los claveles se “jartaron” de recibir pelotazos, y tras ver a los frigoríficos y a las máquinas de coser, ordenaron a todas las flores que, con macetas incluidas, se dejaran caer a la calle desde los balcones cuando pasaran los antidisturbios con pañolitos verdes. Menos los helechos, casi todas se dejaron caer.
- No ni ná, po claro que se dejaron caer; y si no lo hicimos más fue porque algunos estaban en el patio interior.
- Ya ve si estuvo bien la cosa que hasta nos sacaron coplillas de carnaval.