jueves, 26 de noviembre de 2015

LA MORDIDA.



Está claro que el tiempo pone a todos en su sitio. Y digo esto porque todo empezó con que no saliese nada a luz sobre el tres, embadurnando la atmósfera del Condado con mentiras, patrañas y pamemas, que a la postre, y basándose en el dicho que una mentira grande es más creíble que una pequeña, calaron en los que defendían el esclarecimiento del asunto, mientras que los promotores de todo el tinglado luchaban para que no alborease.
Así, para embetunar el tres, se apoyaron primero en el dos, deshaciéndose primero de una parte de una de las partes para que no pudiesen creer que fuesen tres las partes, por aquello que no saliese a luz nada sobre el tres.
Pero cuál fue la sorpresa de los dos que tras los resultados de los comicios “condadescos”, tuvieron que apoyarse en un tercero para que no aflorara nuevamente el tres, comenzando ahora su verdadero calvario. Olvidándose de sus mentiras, patrañas y trolas, y sobre todo, olvidándose de los que se las habían creído, comenzaron a ceder ante el tercero para tapar al tres, ofreciendo, ofreciendo y ofreciendo.
Y tanto ofrecimiento prometieron que llegaron incluso a obsequiarlo, no con uno ni con dos ni siquiera con tres, sino que de una tacada le brindaron cuatro. De buenas a primeras ofrecían cuatro presidentes para tapar al presidente y a su tres.
Pero donde digo digo, digo diego, y en un abrir y cerrar de ojos, vieron que el cuatro lo único que iba a provocar es que el tres saliera a la luz, así que, el nuevo ofrecimiento es el ofrecerle tres supeditados a uno que será el encargado que el tres siga estando en la sombra.

Y mientras, los bebedores de pamemas y ficciones …........
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