martes, 10 de enero de 2012
...bajo su fresca sombra...
Si paseamos hoy día por su pequeña estructura circular, flanqueada en su interior por cuatro grandes bancos de mampostería y con otra estructura, también de mampostería, en forma de corona circular, cuyo perímetro servía también de asiento para la concurrencia, observamos una gran ausencia de "ocupadores". Atrás quedaron esas calurosas tardes de julio y agosto, cuando era tarea ardua y difícil el conseguir un asiento bajo su fresca sombra; atrás quedaron esas reuniones, donde generaciones (desde los Zarzuela,Cristobal, Andrés Caro, Luis Abadía o Fernando (hijo de don Fernando el maestro) hasta los Núñez, Carito, hermanos Galán, José María o JuanPinto, entre otros) hacían su punto de encuentro y se comunicaban las últimas noticias acaecidas en el pueblo; atrás quedaron esas reuniones que servían de base de partida para ejecutar diversas acometidas con el fin de conseguir la "guachi " o la "mandarina" de tal o cual árbol, siempre "buscándole las vueltas" a Pepe el jardinero o al buen amigo Ginés.
Ni que decir tiene que los "jóvenes" que lean estas frases, no disfrutaron de ese cálido punto de encuentro, al cambiarlo por el uso de la fría red de redes; no lucharán hoy día con su memoria cuando pisan (algunos, jorobándose al clavarse las protuberancias de su suelo irregular) el corazón de nuestro palacio. Efectivamente, señoras y señores bornichos/as, estoy hablando de nuestro MERENDERO.
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