Te has pasado, amigo David, creo que te has pasado un montón de
pueblos; yo diría que por lo menos desde Pulpi hasta Ayamonte o
desde Tarifa hasta la cordobesa Santa Eufamia, que ya es decir.
¿Cómo tú, iniciador y exhibidor en tus versos de las más altas
cotas de la sensibilidad, aunque para algunos suenen a
“chundachunda”, has entrado al trapo a esa provocación
carnavalesca? ¿Cómo tú, casamentero delicado de palabras y
acordes, aunque para algunos “fabricas un timbre que suena a divino
con aire flamenco y acento latino”, te has dejado enojar por
predicadores cuyo evangelio dista mucho de sus hechos? ¿Cómo a ti,
que tanto trabajo te ha costado llegar, te lanzas al vacío acusando
de “plagiadores de coplas” a algunos autores carnavalescos? ¿Cómo
a ti, que nunca has mordido la mano que te da de comer, como otros,
se te ocurre desprestigiar la fiesta por excelencia de la Tacita de
Plata, tierra que te ha recibido siempre con los brazos abiertos?
Pues ahora te toca recibir por todos lo lados. No te queda otra que
recibir, con razón, todo tipo de lanzas de don carnal. Sopórtalas
como un valiente y todavía, antes del viernes, estás a tiempo de
rectificar y pedir perdón al pueblo gaditano, aunque, con el
carnaval hemos topao.