sábado, 3 de enero de 2015

SOY TU HOMBRE

Hace algo más de cinco años, un trece de septiembre quiero recordar, tuve la gran suerte, contenida durante muchos años hasta ese día, de asistir a un concierto de Leonard Cohen, en Atarfe (Granada). Inolvidable tengo que decir.

De inglés, yo, ni entiendo ni digo ni mu, pero en ese concierto ni falta que me hacía. Para mí fue pura poesía, y sigo recordando todavía que el lenguaje no verbal del gran maestro canadiense me hizo entenderlo  todo, o casi todo, lo que emanaba de su singular voz.
Hoy, después de algo más de cinco años, y recordando una de aquellas canciones que interpretó en aquella noche mágica, he querido hacer una traducción “amusical” muy especial. Esa canción se llama I´m your man.

I´M YOUR MAN

La verdad es que no puedo vivir sin ti; lo digo aquí, delante de ti, a solas, y lo digo si hace falta ante un millar o un millón de personas; ante todo el mundo si es necesario. ¿No me crees? Pues sí, todo lo que te digo es verdad.
Y te digo una cosa, mi vida. Sé que no me vas a creer, pero incluso mis mejores amigos, mis auténticos y pocos amigos, me preguntan en qué estoy pensando, que me estoy esclavizando yo solo, que estoy subyugado a ti, que he dejado de ser aquél con el que tantos y buenos ratos habían pasado. ¿Y sabes qué les contesto yo? Pues que ahora, por fin, y por primera vez en mi vida, soy auténticamente feliz, que no me cambiaría por nadie en el mundo. Que yo soy tu hombre (I´m your man).
¿No te lo crees? Tus movimientos oscilatorios de cabeza me demuestran que no me crees. Créeme, mi vida; y tú bien lo sabes. ¿No te lo demuestro cada minuto? Bien sabes que sí.
Si te gusto como amante, no cambiaré; pero si quieres otro tipo de amor, llegaré a ponerme un antifaz, a ver si así eres más feliz. Si lo que quieres de mí es tener un compañero, te brindo, no una de mis manos, ni las dos, sino todo mi yo. Pero si lo que quieres es tener un saco donde evacuar toda tu ira y cólera, mucha en muchas ocasiones, aquí tiene todo mi cuerpo: golpéame, sacúdeme, martirízame. Ahora bien, si deseas que sea yo el que golpee, no a ti, claro está, me pondré los guantes y subiré al ring de la vida y apalearé por ti. ¿No me crees? Haré lo que desees, mi vida. Yo soy tu hombre (I´m your man).
Que si lo que quieres y deseas es tener un chófer para que te lleve a los grandes almacenes, aquí estoy yo; muy gustosamente te llevaré, esperando a que salgas de una, de otra y de otra tienda para portear cientos y cientos de bolsas. Sí, mi vida, aquí estoy. Yo soy tu hombre (I´m your man).
Me arrastraré por ti, te pediré perdón sin haber hecho nada si es lo que deseas; que no te quepa la menor duda que lo haría si es lo que deseas. Y si quieres asistir a fiestas sin mi, te comprenderé, yo me quedaré en tu casa cuidando de tu perro mientras te diviertes con otros: tu diversión es la mía. Yo, a tu llegada, me conformaré con una sonrisa tuya. Es más, vida mía, si te hace feliz el tenerme pena a tu llegada a casa, me encantaría que me la tuvieses. Aquí me tienes, yo soy tu hombre (I´m your man).
Ahora bien, mi amor, y con esto termino, si lo que quieres es un padre para tu hijo, te juro por lo más sagrado que yo soy tu hombre (I´m your man).


A mi amiga Mercedes Lomas, amante de la voz de Cohen.
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