Hace
algo más de cinco años, un trece de septiembre quiero recordar,
tuve la gran suerte, contenida durante muchos años hasta ese día,
de asistir a un concierto de Leonard Cohen, en Atarfe (Granada).
Inolvidable tengo que decir.
De
inglés, yo, ni entiendo ni digo ni mu, pero en ese concierto ni
falta que me hacía. Para mí fue pura poesía, y sigo recordando
todavía que el lenguaje no verbal del gran maestro canadiense me
hizo entenderlo todo, o casi todo, lo que emanaba de su singular voz.
Hoy,
después de algo más de cinco años, y recordando una de aquellas
canciones que interpretó en aquella noche mágica, he querido hacer
una traducción “amusical” muy especial. Esa canción se
llama I´m your man.
I´M
YOUR MAN
La
verdad es que no puedo vivir sin ti; lo digo aquí, delante de ti, a
solas, y lo digo si hace falta ante un millar o un millón de
personas; ante todo el mundo si es necesario. ¿No me crees? Pues sí,
todo lo que te digo es verdad.
Y
te digo una cosa, mi vida. Sé que no me vas a creer, pero incluso
mis mejores amigos, mis auténticos y pocos amigos, me preguntan en
qué estoy pensando, que me estoy esclavizando yo solo, que estoy
subyugado a ti, que he dejado de ser aquél con el que tantos y
buenos ratos habían pasado. ¿Y sabes qué les contesto yo? Pues que
ahora, por fin, y por primera vez en mi vida, soy auténticamente
feliz, que no me cambiaría por nadie en el mundo. Que yo soy tu
hombre (I´m your man).
¿No
te lo crees? Tus movimientos oscilatorios de cabeza me demuestran que
no me crees. Créeme, mi vida; y tú bien lo sabes. ¿No te lo
demuestro cada minuto? Bien sabes que sí.
Si
te gusto como amante, no cambiaré; pero si quieres otro tipo de
amor, llegaré a ponerme un antifaz, a ver si así eres más feliz.
Si lo que quieres de mí es tener un compañero, te brindo, no una de
mis manos, ni las dos, sino todo mi yo. Pero si lo que quieres es
tener un saco donde evacuar toda tu ira y cólera, mucha en muchas
ocasiones, aquí tiene todo mi cuerpo: golpéame, sacúdeme,
martirízame. Ahora bien, si deseas que sea yo el que golpee, no a
ti, claro está, me pondré los guantes y subiré al ring de la vida
y apalearé por ti. ¿No me crees? Haré lo que desees, mi vida. Yo
soy tu hombre (I´m your man).
Que
si lo que quieres y deseas es tener un chófer para que te lleve a
los grandes almacenes, aquí estoy yo; muy gustosamente te llevaré,
esperando a que salgas de una, de otra y de otra tienda para portear
cientos y cientos de bolsas. Sí, mi vida, aquí estoy. Yo soy tu
hombre (I´m your man).
Me
arrastraré por ti, te pediré perdón sin haber hecho nada si es lo
que deseas; que no te quepa la menor duda que lo haría si es lo que
deseas. Y si quieres asistir a fiestas sin mi, te comprenderé, yo me
quedaré en tu casa cuidando de tu perro mientras te diviertes con
otros: tu diversión es la mía. Yo, a tu llegada, me conformaré con
una sonrisa tuya. Es más, vida mía, si te hace feliz el tenerme
pena a tu llegada a casa, me encantaría que me la tuvieses. Aquí me
tienes, yo soy tu hombre (I´m your man).
Ahora
bien, mi amor, y con esto termino, si lo que quieres es un padre para
tu hijo, te juro por lo más sagrado que yo soy tu hombre (I´m your
man).
A mi amiga Mercedes Lomas, amante de la voz de Cohen.