jueves, 26 de febrero de 2015

CANDYCRUSHEANDO.



A pesar que no me habían hablado muy bien de ella, llegando incluso a tildarla de tiparraca, calificativo éste que yo no compartí cuando así lo hicieron, tengo que decir que a mí no me caía muy mal; las cosas como son, pero no me caía del todo mal. Incluso tengo que decir que a veces, sólo a veces, me resultaba simpática, resolutiva y me caía hasta bien; pero que conste, solo a veces.


Y me caía bien (solo a veces) por una serie de hechos que, en cierta medida, hacían que se me acercara. Y os cuento.

Me caía simpática por haber nacido el mismo día que mi hermana, hermana que aprovecho para, con el permiso de vosotros lectores, mandarle un beso. O sea, que al igual que mi hermana, ya está en edad de jubilación.

Me caía simpática porque, aunque no lo parezca, es paisana de una de las personas más íntegra, humanitaria y responsable que conozco, y que al igual que ella, también es licenciada en Derecho; también en este caso, y al igual que hice con mi hermana, aprovecho para mandarle un beso a esa persona, que no es otra que mi amigo Paco.

Y por ultimo, me caía simpática porque nació en el mismo pueblo, Arroyo de la Miel, en el que muchos paisanos y algunos familiares míos dejaron en su día su semilla, convirtiéndose en auténticos benalmadenses, paisanos de la persona que hasta ahora me caía simpática. Y antes de seguir, aprovecho esta ocasión para mandarle un fuerte beso a todos esos bornichos, porque yo soy bornicho, que en su día se establecieron por cuestiones de trabajo en Arroyo de la Miel.

Pero ya no me cae bien esa persona. Yo diría que le tengo hasta tirria, mucha tirria. Y le tengo tirria, no porque la hayan pillado en “plena jornada laboral” jugando al jueguecito ese de Candy Crush de los cojones (perdón), que al fin y al cabo, jueguecito éste o jueguecito otro, es para lo que sirve. O por lo menos es lo que ha demostrado ella, al igual que la mayoría de sus compañeros de “trabajo”. O sea, que no me ha cogido de sorpresa que la hayan pillado “Candycrusheando”.
Yo, por lo que realmente le tengo tirria, y lo digo a todos vosotros lectores, es porque he visto que la señora Villalobos, doña Celia, va por el nivel 447 del Candy Crush ese, y yo, después de más de dos años, tan solo he podido llegar al 149. Vamos a ver, señora Celia, ¿qué coño (perdón) has hecho para llegar a ese nivel, cuando todos sabemos que tú en tu “trabajo” estás tela de ocupada y comprometida? Dímelo, Celia de mi alma.


Esperando respuesta, y al igual que hice con mi hermana, con mi amigo Paco y con mis queridos paisanos que ahora lo son tuyos, te mando un beso, "trabajadora y responsable Celia".


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