CADA UNO ESCRIBE LO QUE VE O LO QUE QUIERE VER.
Buenas tardes a todos los bornichos y bornichas, os quiero relatar un hecho que para mí ha sido de vital importancia.
Yo, que por cuestiones laborales tuve que salir de Bornos, tengo que reconocer ante todos vosotros y vosotras, que todo lo que huela a Bornos, ya sea bueno o malo, me interesa. Me alegro cuando lo que ocurra o me cuenten, sea positivo para mis paisanos y paisanas, y me entra una rabia por el cuerpo cuando lo que llega a mis ojos o a mis oídos ponga en mal lugar a mi pueblo.
Y digo todo esto porque a lo largo de los años de vida de que goza este blog de “bornichos por el mundo”, se han publicado unas dichosas cartitas de un tal Telesforo, que ponen a nuestro pueblo y a nuestros antepasados de vuelta y media.
Que si esto o si lo otro, que si exageró o se quedó corto, que si estamos de acuerdo o no lo estamos. Eso a mí me da igual. Lo único que sé es que el señor Telesforo nos dejó a la altura del betún.
Si no fue cierto, ¡pues cállate hijo!, y no levantes falsos testimonios; si por el contrario fue verdad lo que se refleja en esas cartas, pues no lo airees, hombre, que estás echando a todos los bornichos y a todas las bornichas, y a sus herederos, a los perros.
Si tú eras tan liberal e ilustrado, y estás viendo unos comportamientos de tal magnitud, no juegues con la vida de tantas personas, que les has hecho mucho daño. Hay que ser más humano, Telesforo.
Los bornichos y bornichas que hoy día te ponen a parir, tienen toda la razón del mundo para hacerlo. Los has humillado, vilipendiado, ultrajado de por vida. Y luego, ¿para qué? ¿Qué ganaste tú, Telesforo, con eso?
Mejor dejarlo, y poner en conocimiento de los bornichos y bornichas el hecho que me ha sucedido.
Ahí voy.
Un buen amigo mío asturiano, concretamente de un pueblecito precioso que se llama Cudillero, me llamó hace cuatro o cinco años y, como él sabía que yo soy de Bornos, me pidió ayuda porque un cuñado suyo, también asturiano, de nombre Heliodoro, tenía que hacer su tesis doctoral sobre no sé qué pájaro que habita por nuestra zona. Me pedía este amigo mío, del Sporting de Gijón, que en los tres o cuatro meses que pretendía estar en Bornos su cuñado, le alquilase una casita. Así lo hice.
Heliodoro hizo su tesis y, el mismo día que se iba de nuestro pueblo, me llamó por teléfono y me dio las gracias, diciéndome que le había gustado mucho el pueblo.
Pues hasta ahí, todo normal.
Pero miren ustedes por dónde que, el mes pasado, estuve pasando unos días en Asturias, haciéndole una visita a mi amigo, Pelayo de nombre. Abrazos, risas, historias, fabada, sidra, mucha sidra, gaitas, todo maravilloso. El día antes de venirme, me dijo que tenía que enseñarme una cosa; que me estaba muy agradecido, al igual que su cuñado Heliodoro, y que algún día tenía que conocer nuestro pueblo por lo bien que le habían hablado.
Lo que me tenía que enseñar era una serie de cartas que en su día le mandó su cuñado Heliodoro desde Bornos, y en las que le describe a nuestro pueblo y a su gente.
Leí las cartas de Heliodoro y no pude reprimirme. Se me cayeron dos lágrimas y, emocionado, le pedí a Pelayo que me las diera o que me dejara fotocopiarlas. Pelayo, buen amigo mío que es, sin pensárselo dos veces, me dijo que me las quedase.
Yo habré leído las cartas, y no os exagero, más de veinte veces cada una, y cada vez que las leo, más me gustan y más me emociono.
Para los bornichos y bornichas que estáis en Bornos, seguramente que no os sorprenda leer el contenido de esas cartas, pero los que estamos fuera, al darnos cuenta de lo que nos estamos perdiendo, nos entra una mezcla entre alegría y de congoja, de regocijo y de rabia, que se traduce en el uso continuo del clinex. Por lo menos a mí que soy de lágrima fácil.
Bueno, a lo que iba, os voy a dar a conocer el contenido de esas cartas, a las que mi amigo Pelayo llamó “Cartas Bornichas”.
Haré, si le parece bien al administrador del blog, varias entregas, ya que publicarlas todas del tirón, os llevaría mucho tiempo.
Primera Carta Bornicha
Querido cuñáu Pelayo, te escribayo estas letras cuando llevo cuatro días en este benditu pueblu.
Te preguntarás que cómo estoy. Pues te diré que en estos pocos días de estancia que llevo en Bornos, me ha causado una sensación muy grata. La gente es muy agradable y el pueblu en sí es muy bonitu.
Es un pueblu que tiene mucha llume, y al estar todo pintado de blancu, te lo hace aun más bonitu y luminoso. Me ha llamado mucho la atención que cuando ellos pintarraxan, lo que hacen es encalar, dar cal a las paredes, ¿comprendes?
Su forma de vida es precida a la nuestra. Tan sólo salen a la cai, los sábadus por la nueche.
La xoventú de este pueblu es muy simpática y trabajadora. Yo creyo que toda ella debe de tener trabayu, ya que los sábadus por la nueche no escatiman a la hora de beber y foliar, sobre todo cubatas. También creyo que deben de estar bien de dinero, porque el que no tiene un xarré tiene una motocicleta.
Ayeri estuve esgalopiando en las pistas de atletismo. Alitro mantenerme en forma.
Bueno, Pelayo, te dejo que tengo que clasificar algunas muestras que he axenciado en el tajo donde estoy faxinando.
Te seguiré escribayando para contarte lo que sucede equí en este pueblu tan maravilloso.
Y una última cosa, dale las gracias a tu amigu Antonio Vega. He preguntado equí por él y me han esplayado muy bien. Me han dicho que le gusta mucho el antroxu, que por cierto empieza la selmana que viene.
Hasta otra, cuñado.
HELIODORO
ADVERTENCIA: Habéis comprobado que el tal Heliodoro utiliza algunas palabras que no están en castellano. Se lo dije a mi amigo y él me las ha traducido del bable al castellano.
Llume = luz. Pintarraxan = pintan. Xarré = coche.
Cai = calle. Esgalopiando = corriendo. Foliar = gastar.
Alitro = deseo. Faxinando = trabajando. Antroxu = carnaval
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