miércoles, 18 de diciembre de 2013

CUANDO PEPÍN QUISO VOLAR COMO UN AGUILUCHO.

No es que tuviese comportamiento aguardentoso, o que deseara verse envuelto en el embrujo de Paco Alba, o incluso que se sintiese seducido por manipular deshidratadas maracas venidas de La Habana. Nada de eso.
Él deseaba algo más.
Cautivado por los sones desenfadados que procedían del interior marinero del garito, Pepin, que así se llamaba, quería dejarse dirigir de los vuelos melódicos de aquellos aguiluchos. Como rapaz que acecha a su presa, ejecutó unas pautas de acercamiento que ya la quisieran para sí los mejores grupos de operaciones especiales. Poco a poco, con la mesura que caracteriza al buen depredador, y sin que sus presas se percatasen de ello, se fue integrando en el paisaje que hasta su llegada había sido copado en su totalidad por aquellos jacarandosos músicos.

Sus movimientos dubitativos y sus andares renqueantes, sólo dieron que pensar a aquellos atrevidos músicos que no se trataba más que de un achispado hombrecillo solitario que tan solo buscaba llenar su aislamiento y su soledad. Quizás, pensaron algunos, se tratara de un antiguo trovador que, ante el sonar de las cuerdas, le hicieran rememorar tiempos vividos.

Pero no. Ni fue trovador en su pasado, ni la añoranza había entrado en su interior. Pepín buscaba esa noche algo especial. Si para conseguirlo tenía que seguir los acordes de aquellos músicos refugiándose en el seco sonar de las maracas, o chapurrear viejas canciones carnavalescas, o incluso hacer de “cigarrero” del grupo, pues así sería. Él estaba dispuesto a todo. Por un abrazo lo daba todo.

Pero no un abrazo cualquiera; el quería el abrazo. El abrazo. Sólo el abrazo. Así, todas sus miradas tenían un único objetivo; todas sus intervenciones buscaban un único receptor; todas sus beodas sonrisas tenían un único destino.


Por eso, seguramente, en la obscuridad de su habitación, y alejado ya de sus incestuosos deseos, caería en los brazos de Morfeo a ritmo de chotis.

domingo, 15 de diciembre de 2013

BERENGUER




Javier y Rosa era un matrimonio poco común en la vecindad donde vivían. Con más hijos de los que quisieran haber tenido, y trabajando todos en la empresa familiar, causa ésta que le ocasionó un sinvivir continuo, hicieron lo habido y por haber para que todos fuesen felices. Pero eso era tarea ardua, ya que, aunque hijos todos, eran muy diferentes entre sí.
Y esa diferencia entre ellos fue el principal motivo por el que Rosa y Javier, aunque no lo reconociesen en público, no se sintieran realizados ni como padres ni como gestores de la empresa familiar, destrozando desde un primer momento el concepto de igualdad, ya que daban a cada uno de esos hijos lo que, a su particular parecer y sin tener en cuenta las reacciones de los demás, ellos pensaban que necesitaban cada uno para que no le diesen problemas. O lo que es lo mismo, el cariño, el amor y algún que otro bien material que repartían los cabezas de familia, era muy distinto según se tratase de uno o de otro hijo.
Quizás el mayor error del matrimonio fue que sus componentes, es decir, Javier y Rosa, nunca fueron en la misma dirección a la hora de la educación de sus hijos. Así, si hoy era Rosa la que hacía el reparto de amor, cariño y algún que otro bien material entre sus numerosos hijos, mañana llegaba su marido para, desatendiendo lo hecho por su esposa, hacer un nuevo reparto. Claro está, comportamientos éstos que lo único que hacían era enturbiar las relaciones entre sus hijos y entre ellos mismos.
Era por eso que, como en cualquier camada de lobeznos, donde siempre hay algunos que maman más que sus hermanos, entre los hijos de Rosa y Javier existían unos más favorecidos que otros. Y estos favores se veían con una claridad más que notoria en las habitaciones en las que dormían, habitaciones que servían también de lugares de trabajo. Así, la habitación de Berenguer era sin lugar a ninguna duda la más confortable y la que más lujos tenía. En su mesa de despacho se encontraban los últimos y mejores avances tecnológicos, hecho éste por el que sus trabajos, aparentemente, eran más copiosos y abundantes que los de sus hermanos, teniendo así más clientes que ellos.
El hecho de presentar más y aparentemente mejores trabajos que sus hermanos, era motivo para que Berenguer se sintiera superior a sus hermanos, reclamando y exigiendo continuamente más cariño, más amor y algún que otro bien material. Continuamente transmitía a sus padres el malestar que sentía hacia sus hermanos, con unos más que con otros, acusándolos de hacer poco y mal el trabajo que tenían encomendados para ayudar a que la economía familiar estuviese saneada, para a continuación, demandarles más mejoras en su habitación, demandas que salvo algunos, pocos, hechos aislados, siempre habían sido otorgadas por sus padres desde sus primeros años de vida, convirtiéndolo así en una persona caprichosa y malcriada.
Los tiempos que se estaban viviendo no eran los mejores para la empresa, comenzando a ponerse la cuenta en números rojos, hecho éste que Javier y Rosa ocultaron a sus hijos; que ocultaron hasta el momento en que la situación se hizo insostenible y no les quedó más remedio que ponerlos al día, menguándose desde entonces el amor, el cariño y algún que otro regalito material (distintos a cada uno de sus hijos), a los que lo tenían acostumbrados. Y es aquí donde comenzaron los quebraderos de cabeza más graves para Rosa y Javier, ya que, no sólo se tuvieron que enfrentar con los problemas de liquidez de su empresa (llegaron a estar a punto de la banca rota), sino que tuvieron que lidiar con las múltiples quejas procedentes de sus propios hijos, protestas que lo unicamente que hacían eran demandar las prebendas a las que estaban acostumbrados.
Pero de entre todas las protestas y demandas, fueron las de Berenguer, el hijo caprichoso y malcriado, las que más preocuparon al matrimonio. Achacando que ya estaba harto de producir más que sus hermanos, amenazó a sus padres con marcharse de la casa y de la empresa familiar, creando una empresa propia que desarrollaría su labor en los mismo quehaceres que desarrollaba la de sus padres.
Rosa y Javier priorizaron el problema que les presentó su hijo Berenguer, buscándole mil y una soluciones para que desistiera de su empeño. Para ello buscaron a los mejores asesores, a los mejores mediadores, y claro está, a los mejores intermediarios para convencer al gran Berenguer que no se convirtiera en la competencia.
Al tiempo que seguían las negociaciones, en las que el caprichoso y cada vez más altivo Berenguer se alejaba por día de las súplicas de sus padres, uno de los asesores, aconsejó al matrimonio lo siguiente:
Javier, Rosa, la situación está muy mal; Berenguer se ha empestillado en no dar marcha atrás en tus pretensiones, así que, os aconsejo, y priorizando, que sin abandonar el intento a que no se marche, hay que empezar a mover los hilos necesarios para que si en un final, abandonase la casa y la empresa, su ausencia no se eche en falta.
¿Y qué vamos a hacer para ello? Pues muy sencillo. Y comienzo con los detalles. El mejor equipo informático que tenéis en la empresa se encuentra en la habitación de Berenguer, siendo a él a donde acuden una gran parte de los clientes de la empresa. Pues bien, montemos en las habitaciones de varios de vuestros hijos, unos equipos informáticos mucho más potentes, siendo allí a donde irán desviados esos clientes; y es más, serán los mismos clientes los que, al ver que las prestaciones de los nuevos ordenadores son mejores, acudirán sin tenerlos que presionar.
Por otro lado, los nuevos clientes que vengan a demandar los servicios de la empresa los reconduciremos hasta sus otros hijos, asegurándonos que los nuevos gestores (sus otros hijos) suministran un servicio como mínimo, y si se puede, mejor, que el que suministraba Berenguer.
Y por último, y aunque esperemos que al final no se vaya el díscolo Berenguer, caso que no remita en su empeño, se les abrirá las puertas para que se vaya, pero que deje en la empresa el gran equipo informático que se le compró, así como la maravillosa cadena de música (mucho mejor que la de sus hermanos), el vehículo de gama alta (único que hay en la familia) y todos los otros regalos que bien vosotros, bien la empresa, le regalasteis en su día. En otras palabras, y hablando bien claro, si el díscolo, caprichoso y malcriado Berenguer no remite en su empeño de marcharse, que se vaya como popularmente se dice, con una mano delante y otra detrás.
Y ojo, esto sólo es un consejo que os doy”


Domingo

martes, 10 de diciembre de 2013

NO EXISTEN LÍMITES






Aunque albergaba esperanzas de que sus libros se publicasen alguna vez, Jacobo nunca pudo imaginar al dejar su ciudad natal que, años más tarde, se convertiría en uno de los autores más leídos en lengua castellana. Para conseguirlo, tras vivir una tortuosa relación amorosa con la mujer que le abrió el camino del éxito, tuvo que soportar los ataques de una de las mayores editoriales del país.

En No existen límites conviven, alimentándose los unos a los otros, amores, deseos, pasiones, celos y escarnios, habiendo momentos en los que el lector no consigue distinguirlos. 





CAPÍTULO I

Madrid, octubre de 2009

La desazón había tomado hueco en el interior de Laura y ya, nada ni nadie le hacía abandonar ese estado de semi presencia, ese estado de estar y no estar, ese mundo sin luces y sombras, en el que había caído tras el vacío que se había apoderado de ella en los últimos meses.

Aquella mujer activa, extrovertida, crítica y divertida en los últimos años, había desaparecido como por ensalmo. Su aspecto físico, a sus cuarenta y nueve años recién cumplidos, se asemejaba más al de una sesentona descuidada, que al aspecto que, hace menos de seis meses, hacía que fuese el centro de todas las miradas y atenciones, no sólo masculinas, en el sinfín de reuniones y fiestas a las que asistía. No había hombre que no se dejara seducir por la simpatía, belleza y naturalidad de Laura, y todo ello sin ella perseguirlo. No había mujer que, conociéndola como la conocían, no buscase su compañía y tratara de imitarla, no sólo en su vestuario, sino también en sus ademanes y expresiones. “Hay que ver que de un saco viejo que se eche por encima hace de él el traje más elegante que se vea en una pasarela” –decían algunas-; “y es más –decían otras-, uso el mismo perfume que ella, y su fragancia es totalmente distinta, es mucho más exquisita que la mía”.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

DE GUATEMALA A GUATEPEÓ (pero muy a gusto).



Y es así; pero encantado, aunque a veces.........
Está claro que me persiguen los monotemas. Entramos por aquí, corremos por allá, pero al final, la cabra siempre tira al monte.

Recuerdo mi etapa de infante de marina, en aquellas reuniones alrededor de una mesa o en la barra de la cámara de oficiales, y tras cualquier acto militar, que comenzábamos a departir sobre cualquier tema con o sin transcendencia. Hoy tocaba hablar del gobierno, ayer lo fue del alcalde de San Fernando, anteayer le tocó al Real Madrid y al Barcelona, y mañana, seguramente, le tocará hablar de la desaparición de la Infantería de Marina.
Daba igual el tema que se tocara, lo que sí era seguro que ya en la segunda copa, y a veces en la primera, el tema central volvería a ser el viaje allende los mares del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Una y otra vez, esos oficiales nostálgicos, rememoraban sus hazañas en Santo Domingo, en Curaçao o en Valparaiso. “En mi viaje estuvimos en..........” o “”pues en el mío tuvimos la suerte de …....”; “pues yo tuve la suerte de hacer el viaje con el rey como guardia marina y con el príncipe de proto....”. Y así, cientos de comentarios y vivencias con las que mi “yo”, ajeno a esas navegaciones, jugaba a un doble juego: por un lado, asentía una y otra vez con media sonrisa, y por otro, viajaba sin haber viajado.

Y me salí de guatemala. Pero me metí en guatepeó.

Hace ahora un par de años, un buen amigo mío, Juan el canario, me invitó a formar parte de un proyecto musical: Los Aguiluchos. Yo, loco, sin idea alguna de armonía, ritmo o compás, accedí. Allí empecé a conocer a uno tras otro de los componentes del mencionado grupo, teniendo que decir a día de hoy que, salvo algún que otro caso aislado, he agrandado el grupo de mis amigos.
Gente muy válidas, aunque cada uno con su maletita particular (como todos en este mundo), que en gran medida han jalonado muy mucho mi “deambular existencial” durante este tiempo.
Pero volvemos a lo que volvemos: la cabra siempre tira al monte. Este grupo de nuevos amigos, tienen todos en común el haber sido tuno en su vida universitaria. Y eso marca.
Dicho esto, y al igual que ocurría con mis compañeros infantes, cuando vamos con la segunda copa, ya comenzamos a viajar al Congreso de Amsterdam, o al de Santiago o al de Canarias. Y tal que está, tal que está, volviendo siempre donde mismo: que si una ronda por aquí, que si una gachí por allá; que si en la casa del gobernador por aquí, que si la actuación en TVE por allá.
Y yo, como entonces, ajeno a esas rondas y congresos, juego a un doble juego: por un lado, asiento una y otra vez con mi media sonrisa, y por otro, rondo sin haber rondado.

Por todo ello, les agradezco a infantes y a tunos, hacerme partícipes de sus andanzas y aventuras, permitiéndome haber pisado las calle de Santiago, de Rio, de Buenos Aires, de Amsterdam, Bruselas, y un largo etc, y todo ello sin haberlas pisado.
Pero por vuestras madres, esperar con vuestros periplos a la cuarta o a la quinta, momento en en el que ya todos los gatos son pardos.
Domingo

domingo, 14 de abril de 2013

5ª CARTA BORNICHA.


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Querido cuñáu, después de bornear por teléfonu esta entemudia contigo, se me olvidó contarte un par de cosas y te las cuento a continuación.
Dile a mi mana que la próxima riola que me duncie un paquetito, no se le escaezca de meterme dentro, un par de kilos de fabes gordas; que se folie con el frutero todo lo que arramalie encima. Que me duncie también todos los “habíos” para facer la fabada. Tú dirás que qué sinifica la parola “habíos”, ya que la desconocemos en nuestra tierra. Pues bien “habíos” es una parola que se usa en este pueblu y son los condimentos y todo el acompañamiento que se le echa a la comedera. ¿Te has enterado, cuñáu?

No te dije esta entemudia lo que ocurrió ayer tarde en uno de los nerus, y que puede talantar toda una revolución dentro de las técnicas de venación de mis rapiñas. Calandria por segunda riola (ya te lo conté en mi anterior escritu ) como el machu y la fema abandonaban sus güevus. Pero en esta ocasión logré averiguar dónde se aposaban. Lo hacían en un cuetarón por encima del neru, desde donde lo endilgaba en todo momento. Nuevamente observé como una culiebra se acercaba, siendo controlada en todo momento por los futuros padres, quienes, segundos antes de que la culiebra se zampase los güevus, la atacaban y la hacían esñalopiar como ya te conté, para después zampársela. De esta técnica, deduzco que lo visto en las dos ocasiones, es su técnica de venación. Todo un descubrimiento, cuñáu.

Con respecto al pueblu, repetirte que esto es un paraíso, con una oferta cultural y deportiva que ya la quisiéramos para nosotros.
Ayeri estuve en el Gran Teatru Municipal “Fernán Caballero”, viendo la obra “La fierecilla domada”. Durante toda la selmana, hasta el domingu, tenemos distintas obras de teatru, a las que por supuesto pretendo asistir, me folie lo que me folie.
Da gusto entrar en este teatru, con sus cómodas butacas y su docena de palcus. Lo tienen todo muy bien amañado, hasta con acomodadores para apeonar a la gran cantidad de público que asiste. Se ve que en este pueblu apuestan por la cultura.

También, como ya te dije, apuestan por los deportes. Junto a los equipus de velea y piragua, existe un equipu de natación. Visité el otro día la piscina cubierta para ver cómo iban los chavales en el agua. Me quedé sorprendido al ver que existía una piscina olímpica, dos de veinticinco metros y dos más circulares para los más pequeños. Como ya te dije en alguna ocasión, a esta gente de Bornos hay que fusilarlas.
No hay guaje ni rapacina en este pueblu, según me dicen, que no sepa batallar. De este modo, los padres, cuando comienza la temporada de bañus, pueden estar tranquilos.
Equí no tienen que desplazarse al sable, ya que los bañus se lo dan en su maraviosu llagu. Y le doy la razón a la gente que me lo dice, ya que da gusto pasiar por su oriella, toda limpia y sin ningún tipo de bascarazu. Aunque el ayuntamiento tiene personal que se dedica exclusivamente a la limpieza del llagu, el mérito es principalmente de los habitantes del pueblu, ya que no bombian ninguna bascarazu a sus oriellas. También te tengo que bocayar que la limpieza de sus aguas es debido a que no evacuan las aguas fecales directamente al llagu, ya que un poco alejado del pueblu, tienen una gran depuradora donde purifican esas aguas, para después habitarlas como agua de riegu para la gran cantidad de güertas que poseen.
Lo que yo te diga, cuñáu, que hay que fusilar a estos bornichos.
Bueno, por hoy te dejo ya. Un abrazo. Besos a mi mana y mis sobrins.
Viva el Sporting.
HELIODORO.
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VOCABULARIO
bornear = hablar entemudia = mañana riola = vez
duncie = envíe escaezca = olvide folie = gaste
arramalie = lleve parola = palabra comedera = comida
talantar = suponer venación = caza rapiñas = rapaces
Calandria = Observé escritu = carta fema = hembra
cuetarón = peñasco endilgaba = divisaba esñalopiar = volar
amañado = organizado apeonar = ayudar fusilarlas = copiarlas
guaje = niño rapacina = niña sable = playa
bascarazu = basura bombian = arrojan bocayar = decir
habitarlas = utilizarlas

sábado, 6 de abril de 2013

4ª CARTA BORNICHA



Buenas tardes cuñáu, anocho que al recibo de ésta os encontréis todos bien; yo me encuentro perfectamente, cada día mejor y mas contentu de haber venido a este pueblu.
El trabayu allí en el tayu va mejor de lo que preveía, con avances que ni yo esperaba. Esta entemeudia capté unas asemeyas impresionantes. Te cuento.
Arrecaldé que en las cercanías de uno de los nerus, repicaba una culiebra de casi y un metru de longitud. Sigilosamente se fue arrimando hasta llegar a lamer los güevus, ya que tanto el machu como la fema, incomprensiblemente, no se fayaban en el neru. Yo me alarmé y vi apeligrar gran parte de mi trabayu, ya que era imposible, por el gran desnivel que me separaba, de arrimarme hasta el neru. Le bombié varias pitisus para ahuyentarla, pero nada, la culiebra pasaba de mí olímpicamente. Fue daquella, cuandu, ya con la bígaru abierta con el fin de engullir uno de los güevecillos, aprucieron, no sé de dónde, la pareja de rapiñas, que, con sus afiladas garras, al unísono, agarraron a la sibilina culiebra, que de pronto vio como esñalotiaba por lo alto del tayu. A los pocos minutos, volvió la pareja al neru, ya con la culiebra totalmente inmóvil, dándose una suculenta convidada. Yo entonces pude alendar.

Con respecto a la vida en el pueblu, cada día que pasa más me sorprendo agradablemente.
Por fin he encontrado un núcleo urbano en el que la circulación de vehículus y motocicletas se hace con cordura y no es un fastidio. Equí, el peatón siempre tiene preferencia, pudiéndose cruzar las cais sin registrar a ambos ladus, seguro que si viene algún vehículo, se va a detener para dejarte paso. Equí no hacen falta semáforus ni rotondas, ya que en ningún momento se producen retenciones ni atascos. Esto es debido principalmente a que todos respetan las zonas de aparcamiento y, nunca, nunca, nortiarás un vehículo aparcado en doblu filera .

Bueno, cuñáu, te voy a dejar por esta vez, no sin antes borniarte de una cosa que está dando mucho xugadera entre todos los bornichos residentes en el pueblu y alguno que otro que por razones de trabaju, residen fuera, aunque estos últimos se pueden contar con los zampabollos de las manos, ya que como te dije en anteriores cartas, aquí hay mucho trabaju y la gente no tiene necesidad de emigrar.
Esa cosa a la que me refiero es un blog que se llama “Bornichos por Bornos”. Es un invento éste, de lo más productivo. En él, casi todos los bornichos y bornichas, expresan sus impresiones y propuestas para obispar el pueblu. Todos, y te remarco, todos, firman sus artículos y dan la carona, ya que lo que buscan es el bienestar de sus vecinos, no tienen nada que soverar. Cada uno expresa sus ideas y, si no se está de acuerdo con lo comentado por otro, con el máximo respetu y señaleza, intenta hacerle ver que su postura puede ser mejorada. Una maravilla; todo lo que te diga es poco.
Respetu, señaleza afán de búsqueda por el bien del pueblu y ausencia total de anonimato, pueden ser las características principales de este maravilloso blog.
Bueno, cuñáu, ahora sí, te dejo hasta la próxima.
Viva el Sporting.
HELIODORO

Vocabulario
alendar = descansar
anocho = espero
arrecaldé = observé
asemeyas = fotografías
bígaru = boca
bombié = arrojé
carona = cara
convidada = banquete
daquella = entonces
entemeudia = mañana
esñalotiaba = volaba
fayaban = encontraban
filera = fila
nortiarás = verás
obispar = mejorar
pitisus = piedras
registrar = mirar
repicaba = andaba
señaleza = educación
soverar = esconder
xugadera = juego
zampabollos = dedos

3ª CARTA BORNICHA,



Bonus días, querido cuñau. Y te digo lo de bonus días porque son las siete de la entemeudia y acabo de verroniciar de la cai, y como estamos en antroxu, enamora estoy amazcarado. No sé cómo, pero yo salí paxellado normal de la casa y ahora me he arreguilado al espeyu del cuarto de bañu y tengo toda la cara brochada, burraya, creo, en el pelame y una faragayu de arlequín. No me preguntes, porque no sé cómo ha ocurrido.
Cuñáu, qué candanga, qué maravilla, qué paisanas y que gracia tienen equí. Este antroxu no es para contarlo, es para alendarlo.
Bueno, te voy a dejar de bornear del antroxu que seguramente te estaré poniendo los racus llargus.
Ayer por la tarde, cuando venía del tayu, decidí apañar por una pista que salía a la derecha, a la que llaman “ruta del colesterol”. Cada vez que lo pienso, más creo que allí en nuestra tierra deberíamos de fusilar a esta gente de Bornos. Y te digo eso porque esa ruta del colesterol, es un caleya de varius kilómetros, perfectamente asfaltado, y de usu exclusivo para personal a pie y bicicletas. En ambas márgenes, posee dos “carriles bici”, uno en cada sentido, pintarrajados los dos de verde parking. Cada 200/300 metrus, existe un mirador de madera, donde la gente se puede caer divisando la maraviousa panorámica del lagu y de las peñas al fondo. Esto parece idílico. Todo un lujo, cuñáu. Aunque yo no he estado, también puede ser utilizado de nueche, ya que en ambas márgenes, tiene sendas filas de rellumonas. Lo que yo te diga, toda una maravilla.

Seguí la ruta hacia adelante y llegué hasta el estadio de fútbol, que aunque ya tiene más de cinco años, se conserva en perfectas condiciones. Se ve que, a diferencia de la mayoría de los sitios, aquí en Bornos, sofollingan de lo suyo. Los banzáus y parapetos que dan al exterior, lo han adornado con grandes murales donde se representan algunas cais del pueblu, las más características. El felpeyu no le tiene envidia a los mejores campos de primera división, ya que tiene, según me han dicho, veinte xardinerus que lo sofollingan, con lo que supone eso en puestos de trabayus. ¿Y las gradas? Cuñáu, el campo de fútbol tiene unos aposentus que ya lo quisieran los aficionáus del Gijón o del Ovieu. De collor blanco y azul, se encuentran como si los hubieran puestos ayer, y ya tienen más de cinco años.

Me vas a perdonar, cuñáu, pero estoy que me aballo de costalada, así que te voy a dejar hasta otro día.
Una última cosa. Esta mañana, antes de llegar a casa, he foliado a una muyer dos o tres coñas. Ya que me cae muy prestosa. Ya te contaré.
Dale besos a mi mana y a mis sobrins.
Viva el Sporting.
HELIODORO.
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VOCABULARIO:
Alendarlo = vivirlo Bornear = hablar Amazcarado = disfrazado Paxellado = vestido
Apañar = coger Fusilar = copiar
Aposentus = asientos Aballo = caigo Arreguilado = mirado Brochada = pintada
Burraya = ceniza Pelame = pelo Caleya = camino Caer = sentar
Cais = calles Sofollingan = cuidan Coñas = bromas Prestosa = simpática
Costalada = sueño Foliado = gastado Entemeudia = mañana Enamora = todavía
Faragayu = camisa Candanga = fiesta Parapetos = paredes Felpeyu = césped
Peñas = montañas Rellumonas = farolas Racus = dientes Llargus = largos
Sofollingan = cuidan Banzáus = muros Verroniciar = regresar

jueves, 4 de abril de 2013

ANDALUCÍA TIERRA MÍA.

http://www.youtube.com/watch?v=yjTy7E_vLAw


Abrí esta mañana, como de costumbre, mi PC (Bornichos, correo, facebook, Diario de Cádiz, El mundo, El país..) y encontré que uno de mis contactos en facebook (una bornicha residente en Cádiz, hermana de un añorado articulista en Bornichos), había compartido un enlace, concretamente la grabación del último programa del gran Manu Sánchez, “La semana más larga”, y que hablaba sobre las críticas vertidas en un programa de la Sexta sobre la Semana Santa en Andalucía.
Yo no voy a entrar, puesto que no lo he visto nunca, en si ese programa de la Sexta, y esto que voy a decir a continuación, ha llegado a mis oídos por varias vías, puesto que repito, yo no lo he visto nunca, digo, yo no voy a entrar en si ese programa de la Sexta, salvo que algún chiste facilón de un rollizo presentador y de los movimientos provocadores de un par de pechos de una presentadora de risa fácil y “ajilipollada” (la risa), aporta o no aporta algo a la programación televisiva; de hecho, desde su estreno, no deja de perder audiencia; por algo será. Y repito, yo no he visto nunca el programa ese de la presentadora “tetas” y del presentador adiposo, el cual, si la memoria no me falla, le debe mucho a un par de andaluces en su carrera profesional: me refiero al gran Chiquito de la Calzada, al que imitó en sus formas, ademanes y expresiones cuando comenzaba en este mundo del espectáculo, en el programa de otro andaluz, Pepe Navarro.
Yo, por si alguien lo quiere saber, después del almuerzo, a la hora que me han comentado que es el programa ese de la “tetas”, me recuesto en mi butacón extensible, y me adormilo (como buen andaluz) viendo el programa ese, que es nuevo en la 2ª, creo que es la primera temporada, y que se llama “Cifras y Letras”.

Pues bien, a lo que iba, y que en definitiva me ha indignado por enésima vez. Estoy hasta el último pelo, por no decir otra cosa, de los chistes simples y de los estereotipos facilones procedentes del norte de Despeñaperros, de las continuas críticas que vierten sobre la manera de ser, la manera de pensar, la manera de hablar, en definitiva, sobre la idiosincracia del andaluz; ¡qué coño!, la idiosincracia del “andalú”.
Y estoy hasta ahí, por no decir otra cosa, al igual que estaréis todos vosotros. Estoy harto que una y otra vez, buscando la risa fácil del respetable, carguen sin pasión alguna contra nosotros.
Ahora le ha tocado a la Semana Santa, a nuestras procesiones, a la fe y al fervor de algunos muchos andaluces hacia la Semana Santa. ¿Es tan difícil respetar las creencias y comportamientos de los demás? ¿Hacen daños aquellos señores que salen como cargadores o costaleros en nuestra Semana Santa?
No sigo porque esto es el cuento de nunca acabar. Hoy le ha tocado a nuestra Semana Santa, ayer le tocó a nuestra manera de hablar, antes de ayer a lo que nos gusta la siesta y la holgazanería, y pasado mañana, por ejemplo, nos criticarán porque nos gusta la manteca “colorá” y los abajaos. Que se vayan a donde picó el pollo y que se olviden de nosotros.

Y ese comportamiento allende Despeñaperros, lo que parece, y esa es la sensación que me está dando, está movido por pura envidia; envidia a nuestra manera de ser, a nuestra manera tan particular que tenemos de entender la vida. Todos nos critican, pero en la primer ocasión que tienen, zas, para Andalucía, y no solo para disfrutar de nuestro clima, sino para deleitarse y poner en prácticas nuestras costumbres y comportamientos, esos mismos que tanto critican. Porque quisiera yo ver a esa rubia de risa fácil y tetas prominentes, si Curro Romero la invitara a un balcón de la Campana sevillana, o Antonio Banderas la invitase también, a otro balcón también, en la malagueña calle Marqués de Larios, o más cercano aun, mi amiga Pepa Barra le dejase su silla para ver entrar a paso horquilla en plaza de Candelaria, procedente de la estrecha calle Santiago, al Cristo de Medinaceli en Cádiz.

Pero a nosotros los anadaluces nos da igual. Nosotros somos sufridores natos. La vejez de la cultura andaluza (la más vieja del Mediterráneo), y así lo dio a entender Ortega y Gasset en su “Teoría de Andalucía”, es la que facilita nuestra tolerancia. Esa vejez es la que nos hace estar por encima de todas esas críticas que lo único que buscan es poseer esas bases y esos principios en los que se fundamenta la idiosincracia andaluza.
Dice Ortega y Gasset (aquél al que un célebre torero (unos dicen que fue Joselito el Gallo y otros que fue “Guerrita”; a la postre, andaluces los dos) al enterarse que se dedicaba a la filosofía, y tenerle que explicar qué era eso de la filosofía, dijo aquella famosa frase de “hay gente pa tó”) en su “Teoría de Andalucía” (ensayo con el que discrepo en muchos aspectos) lo siguiente: “Andalucía, que no ha mostrado nunca pujos ni petulancia de particularismo …........, es de todas las regiones españolas, la que posee una cultura más radicalmente suya”. Y es por eso mismo, por sentirnos seguro de lo que tenemos, de nuestra cultura, digo, es por eso por lo que no nos sentimos en la obligación de reivindicar esas costumbres que tanto critican, porque lo que está claro, y así lo veo yo, sólo se reivindica aquello que no se tiene. Y es más, se la ofrecemos muy gustosamente a todos aquéllos que nos visitan, por mucho que nos critiquen.

Así que, Ana Simón, si tú quieres, te invito a ti y a tus “tetas” a comerte unas caballitas en el barrio la Viña, o un papelón de pescaito frito en plaza las Flores, y déjate ya de hacer reír a la gente a costa nuestra.
Domingo

1ª Y 2ª CARTAS BORNICHAS.


CADA UNO ESCRIBE LO QUE VE O LO QUE QUIERE VER.

Buenas tardes a todos los bornichos y bornichas, os quiero relatar un hecho que para mí ha sido de vital importancia.
Yo, que por cuestiones laborales tuve que salir de Bornos, tengo que reconocer ante todos vosotros y vosotras, que todo lo que huela a Bornos, ya sea bueno o malo, me interesa. Me alegro cuando lo que ocurra o me cuenten, sea positivo para mis paisanos y paisanas, y me entra una rabia por el cuerpo cuando lo que llega a mis ojos o a mis oídos ponga en mal lugar a mi pueblo.
Y digo todo esto porque a lo largo de los años de vida de que goza este blog de “bornichos por el mundo”, se han publicado unas dichosas cartitas de un tal Telesforo, que ponen a nuestro pueblo y a nuestros antepasados de vuelta y media.
Que si esto o si lo otro, que si exageró o se quedó corto, que si estamos de acuerdo o no lo estamos. Eso a mí me da igual. Lo único que sé es que el señor Telesforo nos dejó a la altura del betún.
Si no fue cierto, ¡pues cállate hijo!, y no levantes falsos testimonios; si por el contrario fue verdad lo que se refleja en esas cartas, pues no lo airees, hombre, que estás echando a todos los bornichos y a todas las bornichas, y a sus herederos, a los perros.
Si tú eras tan liberal e ilustrado, y estás viendo unos comportamientos de tal magnitud, no juegues con la vida de tantas personas, que les has hecho mucho daño. Hay que ser más humano, Telesforo.
Los bornichos y bornichas que hoy día te ponen a parir, tienen toda la razón del mundo para hacerlo. Los has humillado, vilipendiado, ultrajado de por vida. Y luego, ¿para qué? ¿Qué ganaste tú, Telesforo, con eso?

Mejor dejarlo, y poner en conocimiento de los bornichos y bornichas el hecho que me ha sucedido.

Ahí voy.

Un buen amigo mío asturiano, con el cual hice el servicio militar y aun conservamos la amistad que nos unió, de un pueblecito precioso que se llama Cudillero, me llamó hace cuatro o cinco años para pedirme ayuda porque un cuñado suyo, también asturiano, de nombre Heliodoro, tenía que hacer su tesis doctoral sobre no sé qué pájaro que habita por nuestra zona. Me pedía este amigo mío, del Sporting de Gijón, que en los tres o cuatro meses que pretendía estar en Bornos su cuñado, le alquilase una casita. Así lo hice.

Heliodoro hizo su tesis y, el mismo día que se iba de nuestro pueblo, me llamó por teléfono y me dio las gracias, diciéndome que le había gustado mucho el pueblo.

Pues hasta ahí, todo normal.
Pero miren ustedes por dónde que, el mes pasado, estuve pasando unos días en Asturias, haciéndole una visita a mi amigo, Pelayo de nombre. Abrazos, risas, historias, fabada, sidra, mucha sidra, gaitas, todo maravilloso. El día antes de venirme, me dijo que tenía que enseñarme una cosa; que me estaba muy agradecido, al igual que su cuñado Heliodoro, y que algún día tenía que conocer nuestro pueblo por lo bien que le habían hablado.
Lo que me tenía que enseñar era una serie de cartas que en su día le mandó su cuñado Heliodoro desde Bornos, y en las que le describe a nuestro pueblo y a su gente.
Leí las cartas de Heliodoro y no pude reprimirme. Se me cayeron dos lágrimas y, emocionado, le pedí a Pelayo que me las diera o que me dejara fotocopiarlas. Pelayo, buen amigo mío que es, sin pensárselo dos veces, me dijo que me las quedase.
Yo habré leído las cartas, y no os exagero, más de veinte veces cada una, y cada vez que las leo, más me gustan y más me emociono.
Para los bornichos y bornichas que estáis en Bornos, seguramente que no os sorprenda leer el contenido de esas cartas, pero los que estamos fuera, al darnos cuenta de lo que nos estamos perdiendo, nos entra una mezcla entre alegría y de congoja, de regocijo y de rabia, que se traduce en el uso continuo del clinex. Por lo menos a mí que soy de lágrima fácil.

Bueno, a lo que iba, os voy a dar a conocer el contenido de esas cartas, a las que mi amigo Pelayo llamó “Cartas Bornichas”.
Haré, si le parece bien al administrador del blog, varias entregas, ya que publicarlas todas del tirón, os llevaría mucho tiempo.



PRIMERA CARTA BORNICHA.

Querido cuñáu Pelayo, te escribayo estas letras cuando llevo cuatro días en este benditu pueblu.
Te preguntarás que cómo estoy. Pues te diré que en estos pocos días de estancia que llevo en Bornos, me ha causado una sensación muy grata. La gente es muy agradable y el pueblu en sí es muy bonitu.
Es un pueblu que tiene mucha llume, y al estar todo pintado de blancu, te lo hace aun más bonitu y luminoso. Me ha llamado mucho la atención que cuando ellos pintarraxan, lo que hacen es encalar, dar cal a las paredes, ¿comprendes?
Su forma de vida es precida a la nuestra. Tan sólo salen a la cai, los sábadus por la nueche.
La xoventú de este pueblu es muy simpática y trabajadora. Yo creyo que toda ella debe de tener trabayu, ya que los sábadus por la nueche no escatiman a la hora de beber y foliar, sobre todo cubatas. También creyo que deben de estar bien de dinero, porque el que no tiene un xarré tiene una motocicleta.
Ayeri estuve esgalopiando en las pistas de atletismo. Alitro mantenerme en forma.
Bueno, Pelayo, te dejo que tengo que clasificar algunas muestras que he axenciado en el tajo donde estoy faxinando.
Te seguiré escribayando para contarte lo que sucede equí en este pueblu tan maravilloso.
Y una última cosa, dale las gracias a tu amigo Antonio Vega. He preguntado aquí por él y me han esplayado muy bien. Me han dicho que le gusta mucho el antroxu, que por cierto empieza la semana que viene.
Hasta otra, cuñado.
HELIODORO

ADVERTENCIA: Habéis comprobado que el tal Heliodoro utiliza algunas palabras que no están en castellano. Se lo dije a mi amigo y él me las ha traducido del bable al castellano.
Llume = luz. Pintarraxan = pintan. Xarré = coche.
Cai = calle. Esgalopiando = corriendo. Foliar = gastar.
Alitro = deseo. Faxinando = trabajando. Antroxu = carnaval.

SEGUNDA CARTA BORNICHA


Hola cuñáu, espero que al recibo de ésta os encontréis todos bien. Dale besitos a mi mana y a mis dos sobrins.
Por equí, todo bien, mejor que lo que yo me esperaba. Cada día estoy más contento con este maraviosu pueblu y con su encantadora gente. Todo equí son sonrisas y amabilidades. ¡ Qué xorra he tenido!
En las dos semanas que llevo aquí, he apreciado que esto es como una ciudá en pequeñito. Todos se conocen ente sí, pero cada uno arramalia su vida, sin importarles lo que le asocede a los demás. Cada uno puede facer lo que quiera, que nunca se lo afean ni se lo pilichan. Tú sabes bien que ellí en nuestru pueblu, estamos esperando que suceda algo para de momento darle a la tablita. Equí no pasa eso. Equí, si tu oyes a una persona batoretiar de otra, siempre le oirás cosus buenas de ella.
Creerás que exagero, cuñáu, pero no, es lo que veo en los días que arramalio equí.
Con respecto a mi trabayu, lo llevo muy adelantado. Conseguí, allí en el tayu, sacar asemeyas de dos nerus, confirmando que esta especie es más prolífera en el sur que ellí en nuestra tierra. Me dio mucha gayola cuando vi que en cada neru había siete en uno y ocho pajarillos en otro.
Una cosu que me hace más llevadero el trabayu ellí arriba en el tayu es la panorámica tan bonita que hay. Existe un llagu donde no dejan de surcar sus aguas, las piraguas y los pequeños barcus de velea. A pie de llagu, junto a uno de los mejores camping que he visto, existe un lujoso club náutico y la escuela de vela y piragua. Casi todos los guajes y rapacinas del pueblu practican estos deportes. Es todo un lujo y un ejemplo a tusar. Según me dicen, la política del ayuntamiento desde hace ya muchos años es potenciar el hermoso llagu que tienen. Y bien que lo han conseguido. Me gustaría que lo vieras.
Bueno, cuñáu, te tengo que dejar que aquí estamos en antroxu y la verdad que aquí esta candanga se celebra por todo lo alto. Ya te entailaré en mi próxima carta.
Viva el Sporting.
Heliodoro.
.

VOCABULARIO.
mana = hermana
xorra = suerte
arramalia = lleva
pilichan = critican
tablita = lengua
batoretiar = hablar
arramalio = llevo
tayu = tajo
asemeyas = fotografías
nerus= nidos
guajes = niños
rapacinas = niñas
tusar = seguir
antroxu = carnaval
candanga = fiesta
entailaré = contaré
.

sábado, 9 de marzo de 2013

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER.



Tengo que reconocer que me levanté ayer de mañana con ganas de despotricar de algo o de alguien; me molestaba todo, incluso el paso de una mosca me hubiese molestado. Pero como estaba solo en casa, y entre otras cosas, no es época todavía de moscas, mosquitos y moscones, me dije: “lee la prensa digital y verás como te calmas un poco y consigues escribir algo”. ¿Calmarme? Todo lo contrario. Para echarme a llorar. ¡Vaya tela, vaya tela!

Entre Bárcenas, Blancos (por Pepiño Blanco), Urdangarines, Corinnas (por cierto, la princesa Corinna está de mejor ver que nuestra princesa) o el mejor fichaje que ha hecho el Madrid (según los periodistas merengones) en los últimos meses, refiriéndose a un tal Modric, me quitaron las ganas de escribir.

Pensé por un momento, con ocasión del día tan “señalado” (8 de marzo), escribir un artículo sobre la mujer trabajadora, pero me dije, ¿y por qué?.
No es que yo esté en contra de la mujer trabajadora; todo lo contrario. Y es más, esto es un tema que ya no se debería ni de tocar, ya que se debe de dar por hecho: igualdad de todos y para todos. Porque según creo, y por muchas noticias que aparezcan en la prensa (por cierto, en este artículo voy a hablar de la prensa, de la prensa española), en el mundo laboral hay igualdad entre hombres y mujeres: como debe de ser. ¿O no?. Yo creo que sí. Ya que yo entro en un banco donde trabajan hombres y mujeres, y todos hacen lo mismo, echan las mismas horas y, según tengo entendido, tienen el mismo sueldo. Yo voy al Mercadona (por decir uno; y no creáis que el señor Roig me dé comisión por hablar de su cadena de supermercados), y veo que hombres y mujeres se reparten el trabajo por igual, tienen el mismo horario y, según creo, ganan lo mismo al final de mes.
Que haya casos en los que las diferencias de sueldos y horarios (la retahíla de que la mujer debe de trabajar más horas para ganar lo mismo que el hombre.........., bla, bla, bla), yo los desconozco. Y si así es, habrá que combatir esas prácticas.
Y es por esa igualdad que hay, por lo que, y siempre a mi modesto entender, creo que si hay un día de la mujer trabajadora (y no digo que no se lo merezca), también debería de haber un día del “hombre trabajador” o del “hombre” a secas. ¿O no? Yo creo que sí. No por nada, sino por la igualdad de todos y para todos. Porque, aunque iba a ser tarea ardua y difícil encontrar un día en el calendario donde ubicar esa “nueva festividad”, la del “hombre trabajador”, principalmente porque entre fines de semanas, navidades, semana santa y las tropecientas celebraciones ya con día fijo en el anuario, está ya ocupado casi la totalidad de los días del calendario, creo que podríamos encontrar algún huequecito, aunque se tuviese que compartir con un “santo de segunda”.
Y yo iría más lejos. Además de ubicar la celebración en el calendario, yo estaría de acuerdo con diseñar un “logo” que representara al colectivo y a sus seguidores y partidarios. Un logotipo que todos los hombres trabajadores llevarían prendido a la altura del corazón, haciendo gala de su condición, la de trabajador.
Incluso iría más lejos. Para hacernos ver, los hombres trabajadores, y sus partidarios y seguidores, desfilarían en cortejos o cabalgatas por las principales calles y avenidas de sus pueblos y ciudades.
Yo no lo vería mal.

Uffff, sin quererlo me he metido en un fregado que …....., cuando yo lo que quería era hablar de la prensa española. Bueno, mañana hablaré de ella; a ver si tengo ganas y tiempo.

Por cierto, y aunque resulte cursi para algunos, para mí, todos los días son los días de la mujer.

Domingo

jueves, 21 de febrero de 2013

EL PENALTI DE EVO.


Tengo que admitir que el chocolate con churros a altas horas de la madrugada, engullidos inmediatamente después de haber ingerido un par de gin lemon, no me sientan nada bien. Y eso fue lo que me ocurrió el fin de semana pasado. Bueno, en verdad, fueron más de dos los gin lemon que me tome después de una copiosa cena. Un completo diría yo. Está bien, me sinceraré: fueron más de tres.

Pues bien, el hecho de acostarme con el estómago "full", fue motivo para que el tiempo que estuve acostado no fuese todo lo placentero que mi cuerpo necesitara. Y mi cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas, sin conseguir dormirme placenteramente; todo lo contrario, una pesadilla tras otra, pesadillas que fueron como una premonición del despertar que tuvimos el lunes en España. Efectivamente, el lunes nos despertamos con la noticia de que el presidente boliviano Evo Morales, primer presidente de origen indígena en Bolivia, ordenó la nacionalización de la filial de AENA que gestiona los aeropuertos bolivianos; y ese fue el tema principal de mis pesadillas.

En ellas, soñé con las causas de la nacionalización de la filial de AENA, con las consecuencias económicas, con las consecuencias políticas, con las relaciones bilaterales entre los dos países, incluso soñé con el gol que Evo Morales, durante la última Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz, marcara de penalti en partido que jugó en el Estadio Ramón de Carranza, horas antes de darle el plantón a nuestro presidente Mariano Rajoy.

Pues entre las causas que soñé sobre la nacionalización de SABSA (Servicios de Aeropuertos de Bolivia Sociedad Anónima), se encontraba, y me da hasta miedo el decirlo, por lo atroz e irreal que me parece, decía, se encontraba el que el presidente indígena tomaba esa decisión "nacionalizadora" por consejos expresos de algunos sectores políticos y sindicales españoles opuestos al actual gobierno español, los cuales, con el fin de desestabilizar a nuestro gobierno, habían visto que abrir un nuevo frente sería positivo para sus siglas. ¡Qué fuerte! Tan fuerte como irreal.

En qué cabeza cabe que un español, por muchas ansias de poder que tenga, va a cometer ese tipo de animalada. Imposible. Por muy baja que esté la imagen de los políticos españoles, no creo yo que cometiesen ese tipo de idioteces y burradas. No creo yo que los políticos españoles de hoy en día, piensen eso de que "el fin justifica los medios". Hasta ese punto no creo que lleguen. Esta claro que la única animalada que hay en todo este tema es, exclusivamente, el sueño que tuve tras la ingesta de churros aceitosos.

No obstante, y ya apartándome de mi dichoso e irreal sueño, lo que me han llamado la atención han sido las palabras del presidente Evo Morales, en respuesta a las manifestaciones de nuestro gobierno, en el sentido de romper relaciones con Bolivia. El señor Evo Morales ha venido a decir más o menos lo siguiente: "si el gobierno español decide romper las relaciones con Bolivia, acataré su decisión, aunque yo seguiría teniendo contactos y relaciones con las fuerzas sociales españolas".

Y me prometo que cuando vuelva a comer churros, lo haré con moderación, por aquello de las pesadillas.
Domingo

miércoles, 20 de febrero de 2013

PEINETAS.


El pasado domingo, anteayer, en los prolegómenos del partido que jugó el Betis en el campo del Español de Barcelona, me enteré que el día anterior había muerto la gran Marifé de Triana. Qué puedo decir yo, un analfabeto de la copla, un palurdo de la canción española, de esa gran artista. Qué puedo decir yo de unos de los pilares fundamentales de la copla que no hayan dicho ya los entendidos del tema o los que se suben al carro del momento y se la dan de más entendidos que quienes lo son. Yo lo único que puedo decir es que, a mi modesto entender, llevó la peineta como nadie. Con qué finura y elegancia supo llevar este complemento flamenco por todo el mundo.

Ahora bien, qué me podéis decir de cómo llevaba la peineta nuestra Lola Flores, de cómo la movía por los escenarios. Nunca una peineta sintió que la moviesen con tanta gracia y con tanto salero como lo hizo doña Lola Flores. Aunque a decir verdad, doña Lola, se pusiese lo que se pusiese en la cabeza, bien una peineta, un clavel o una rosa, hacía del complemento que llevase en la cabeza, un apéndice suyo: puro arte.

No ha habido flamenca ni tonadillera que no haya subido a las tablas sin una peineta, aunque quien ha sabido sacar más partido de ella, caracterizándose por los múltiples modelos utilizados, ha sido la onubense Martirio, antigua componente del grupo Jarcha y de Veneno (junto a Kiko Veneno y Raimundo Amador). Martirio, una vez en solitario, por los años 80, no subió nunca a un escenario sin ir acompañada de unas gafas oscuras y de una peineta.

Pero me vais a perdonar los seguidores de Marifé, de Lola o de Martirio, pero para mí, mujer guapa y sabiendo llevar una peineta, la madrina que lleva al altar a su hijo. Eso sí que es arte y elegancia.

No obstante, y a pesar que en casi todas las madrinas y en casi todas las ferias, son las peinetas el complemento que más acompañan a la mujer española, últimamente están tomando mucha importancia y renombre otro tipo de peinetas. Son peinetas de mal gusto, desprovistas de estilismo y cargadas de odio y de impotencia, siendo lo peor de todo, y siempre a mi modesto entender, que no se critican ni se cargan contra ellas como se debiera; todo lo contrario, cuando la utilizan algún que otro personaje (para mí, personajillo, por haberla utilizado), y por los medios de comunicación, lo que hacen es analizar más el hecho que motivó que la utilizaran, que el haberla utilizado.

Mientras que las que llevan nuestras mujeres lo que persiguen es enaltecer su figura, intentando que resalte su estilismo y elegancia, las que dibujan en el aire esos "personajillos" y "personajillas" lo que consiguen es caer en manifestaciones obscenas, creyendo sus hacedores que el corte de mangas que dedican, lo hacen con estilo, clase y elegancia; muy equivocados que están.

Enumerar los personajes públicos que engrosan el largo listado de "peineteros" sería tarea extensa. Pero a "bote pronto", recuerdo aquella que hizo Luis Aragonés en el 92 cuando era entrenador del Atlético de Madrid, o aquella otra que hizo José María Aznar en 2010 y dirigida a estudiantes de la Universidad de Oviedo, o aquélla otra, y con ésta termino, que "parece" que hizo S.M. el Rey cuando en una visita al País Vasco le increpaban algunos grupos radicales.

Perdonen, perdonen, no se me podía olvidar. Me refiero a la peineta que está "rulando" en la actualidad por todos los medios de comunicación y a la que hacen mención todos los periodistas: me refiero a la que hizo a su llegada de Canadá el "presunto" donador de sobres, el tal señor Bárcenas. Presuntamente, y repito, presuntamente, lo de este dadivoso señor no tiene nombre.

Resumiendo, podemos decir que eso de llevar y hacer peinetas es una costumbre muy, muy celtibérica.
Domingo

lunes, 18 de febrero de 2013

LA CAMARGA.

ALCIBIADES VILADECAMP I FERROGET EN "LA CAMARGA".
Quizás porque el tema le gusta tanto como a mí, es por lo que el siguiente artículo lo he escrito pensando en mi gran amigo Manolo Vega, a quien se lo dedico. Va por ti, Manolo.
LA CAMARGA
Yo de mayor me gustaría ir a comer al restaurante barcelonés de "La Camarga". Y por qué, os preguntaréis todos. Pues muy sencillo, y es que a mí siempre me "tiraron" mucho las películas de espías; es verdad que también me gustan mucho las películas del oeste, pero tengo que reconocer ante todos que, a mis años, no me apetece para nada el plantarme en la provincia de Almería y soportar el polvo del inhóspito desierto de Tabernas. Sergio Leone lo pasaría muy bien por esas áridas tierras dirigiendo al por entonces casi desconocido Clint Eastwood, pero a mí, tengo que reconocer que no me apetece en lo más mínimo. Definitivamente prefiero "La Camarga", en la Carrer d´Aribau, a un par de manzanas del Hospital Clínico Provincial de la capital Condal. Me imagino entrando en el restaurante catalán, con gabardina, gafas oscuras y sombrero a lo Bogart, después de haber hecho un doble barrido con mi vista por toda la "carrer" y cerciorarme que nadie me seguía. Tras sobrepasar la puerta de entrada, y disimuladamente, me quitaría de la boca el palillo de madera que siempre me acompaña cuando algo importante me ronda por la cabeza (dejé de fumar hace algún tiempo), y precisamente, en esa ocasión, así sucedería.

- Buenas tardes - me dirigiría al camarero que raudo se me aproximaría, mientras que con mis dedos pulgar e índice, y dentro del bolsillo de la gabardina, intentaría secar el palillo de madera que aun estaba humedecido-.
- Bona tarda, senyor, ¿tiene usted reserva?
- Sí, ayer "tarda" la hice por teléfono.
- ¿Me dice su nombre, si us plau?
- Sí, claro (y acercándome a él, le dije casi al oído el nombre que la tarde anterior había dado para la reserva, y que en nada se parecía a mi nombre verdadero). Alcibiades Viladecamp i Ferroget. Por cierto -le dije antes que comenzase a buscar el nombre que le había dado en la agenda que portaba en su mano derecha, y tras cerciorarme que nadie nos oía-, hice la reserva de una de las salas del primer piso.

Nada más hacer mención al tipo de reserva, quise apreciar que la actitud del camarero cambió como por ensalmo, dibujando en su rostro una expresión de respeto y casi de sometimiento; estaba claro que esperaba una buena propina (la pela es la pela, y el silencio hay que pagarlo). Tras echarle una visual rápida a su agenda, se dirigió a mí, en el mismo tono de voz con el que yo me había dirigido cuando le dije lo del tipo de reserva. Nadie de los comensales que estaban sentados pudo oír sus palabras.

- Segueixi´m vostè, senyor Viladecamp, si us plau (sígame usted, señor Viladecamp, por favor).
- Perdone -le increpé en cierta medida, y acercándome nuevamente a su oído-, si no le importa, hablemos en castellano, ya que hablando en "catalá" corremos el riesgo que se enteren de nuestra conversación, y quiero pasar desapercibido.
- Lo que usted diga, señor; a mí me viene mejor, ya que entre otras cosas - bajando todavía más su tono de voz, y haciéndolo casi inaudible-, soy andaluz.

Seguí sus pasos, subiendo tras de él las escaleras que daban acceso al piso superior donde se encontraban las siete salas o comedores, independientes las unas de las otras, y cuyas paredes deberían de haber sido testigos de multitud de negocios, pactos y estratagemas, unas veces legales, y otras, la mayor parte de ellas, no tantas. Tras dejar varias puertas de cristal opaco atrás, no todas del mismo tamaño, abrió la que hacía seis en el amplio pasillo y me hizo pasar al interior. Por fin me encontraba allí: uno de los comedores privados de "La Camarga".
¡Jo!, qué decepción; ¿y esto es lo que tiene tanta fama?; cuatro paredes con perlita, de color salmón suave, un par de cuadros que lo único que hacen es dar más frialdad aun a la sala, y una simple lámpara de color naranja colgando del techo de escayola. No, no se han quebrado la cabeza a la hora de decorar. Lo dicho, la pela es la pela.

- La reserva era para tres, ¿tardarán mucho sus acompañantes?
- Entiendo que estarán al llegar. Mientras tanto me podría servir un vermú, ¿no le parece?; o mejor no; tráigame un Jack Daniels sólo, sin hielo.
- Enseguida se lo traigo -dijo el camarero, cerrando la puerta de cristal tras de sí y dejándome solo en la sala-. Sólo en la sala, con mi palillo de madera nuevamente en la boca y la gafas oscuras en uno de los bolsillos, comenzaría a rebuscar por debajo de las sillas y de la mesa, por la lámpara, por el centro de mesa, por las esquinas, por los rincones, todo ello por si encontraba algún micrófono, grabadora o cámara. Ojalá tarden el camarero y mis acompañantes de comida; estoy en mi salsa; es el momento en el que me siento protagonista de una de esas películas que tanto me "tiran": ni el mismísimo Coppola hubiese dirigido tan bien un papel como el que yo estaba viviendo e interpretando al mismo tiempo. Limpio, todo está limpio; esta vez no me cogerán desprevenido, a no ser que los artilugios electrónicos los traigan encima.
La puerta de cristal se abrió, entrando mis dos compañeros de mesa y el camarero con el Jack Daniels.
Domingo

sábado, 2 de febrero de 2013

ENTREVISTA

http://bornichosporelmundo.blogspot.com.es/2012/02/entrevista-domingo-blanco-en-onda-cadiz.html

miércoles, 23 de enero de 2013

HAZAÑAS BÉLICAS (II).


Catorce cero cero. Trifulca entre miembros de una misma pandilla:
Tú me hiciste; yo no fui.
Tengo testigos; estás mintiendo.
Tú siempre tienes que meter la pata; la culpa es de ustedes por no llamarme.
Yo te avisé; eres un mentiroso.
Pasamos de ti; ¿ah , sí?, pues esta tarde vengo con mis amigos de la calle los Soto y nos quedamos con el camión (se refería al camión abandonado, al igual que en la serie televisiva “Cuéntame”, que durante muchos años estuvo en las “casitas nuevas”, por debajo de la fonda de Isabel (abuela de nuestra Rosa) y antes de llegar al bar de Dorado).

Diecisiete cero cero. Tras la finalización de las clases de solfeo, los unos, de las clases de informática e inglés, los otros, y de las clases de natación en piscina cubierta, el resto (igual que hoy ……, y no nos deprimíamos ni nos traumatizábamos), la pandilla de la calle de los Soto, a cuya cabeza iba el que discutió con el resto de la pandilla de las casitas nuevas, toma posesión del tesoro. Piedras, guijarros y “chinos batines” siembran el suelo del camión, con el fin de ser utilizados como armas arrojadizas, caso que fuera necesario.

Diecisiete y quince. Fulanito, que normalmente disfruta del camión, observa desde su casa que su amigo de pandilla, lo ha cumplido, y su camión ha sido ocupado por miembros de otra pandilla. Corriendo, avisa a menganito y zutanito, también miembros de la misma pandilla. Y avisan a uno, a otro …. y así hasta igualar las fuerzas.

Diecisiete y treinta. Diálogo entre pandillas, en el camión. Unos arriba, los usurpadores, otros abajo, los que lo disfrutan a diario. Que sí, que no, que sí, que no, que sí, que no ….. una piedra que vuela. Comienza la batalla.
Fin de la batalla. Resultado incierto.

Al día siguiente, todos amigos, como si no hubiera pasado nada. Y volverán a sus clases de solfeo, los unos, a clase de informática e inglés, los otros, o a clases de natación en la piscina cubierta, el resto.

En honor de un gran amigo que lo fue.

Domingo.

martes, 22 de enero de 2013

NARANJA Y MÁS NARANJAS.


Si nos ponemos a hablar de naranjas “guachis” o "·navelinas", casi todos podríamos estar de acuerdo de que un zumo de tan preciado cítrico en el desayuno, nos sienta muy bien.

Si por el contrario, las naranjas que nos sirven, son de las llamadas en nuestra provincia, “cañadú” o "tonta", ya no estaríamos todos dispuestos a bebernos un zumo de esas naranjas tan insípidas.

Y si ya para rizar el rizo, las naranjas que nos viésemos obligados a comer fueran las llamadas “naranjas agrias”, mejor no hablar de ellas, porque, y en lo que a mí respecta, las utilizo tan solo, y no siempre, cuando me ponen por delante un plato de coliflores refritas. Aquí sí; aquí podría decirse que existe un estupendo maridaje entre la coliflor y la naranja agria.

No obstante, si a la naranja la convertimos en masculino y le añadimos un diminutivo, nos encontramos con el naranjito. ¿Recordáis al “naranjito”?. No me refiero al Pinto (personaje del pueblo de Bornos), sino a la mascota del mundial del 82.

Pero no. Como no fue de gratos recuerdos para nuestros colores, mejor lo rechazamos. Nos quedamos con la naranja. O quizás también con la media naranja.

Sí señoras y señores, ¿qué sería de nosotros sin nuestra media naranja?. Porque la verdad es que todos (o casi todos), somos medias naranjas, que buscamos nuestra otra mitad.
¡Qué lío!
¡La suerte que hay que tener para que cada uno de nosotros, que ha quedado claro que somos medias naranjas, encontremos a la otra media!
Porque, “un poné”. Uno es media naranja “cañadú”, y quiere encontrar su otra media naranja, pero que también sea “cañadú”. Pero como uno, no se la come entera, se embarca en eso que llamamos “matrimonio” o “pareja de hecho” o “arrejuntamiento”, sin saber que la media naranja que uno ha encontrado y elegido, sea “cañadú”, “guachi”, “agria” o “mandarina”.
Y lo mismo le ocurre a esa media naranja elegida, que a lo mejor es “clementina”, y nos ha elegido porque piensa que también somos “clementita”, sin saber que somos “cañadú”.
Al final, pasa lo que pasa, que cada media naranja, si no ha tenido la suerte de encontrar a la de su especie, se va cada una por su lado.
¡Qué lío!

Pero para naranja, la mecánica. ¿Recordáis aquella película de “la naranja mecánica"?, la adaptada por Stanley Kubrick.
Yo lo único que recuerdo de ella es que, a mediados de los 70, fuimos algunos de la pandilla al cine “Delicias” de Jerez. Decían que estaba bien, pero debo de reconocer que no guardo muy buenos recuerdos.

Ahora bien, también por aquella época había otra “naranja mecánica”; la de los Cruiff, Neeskens. Rep, Krol, Jansen o Resenbrink. Era una delicia verlos jugar al fútbol.


Pero para naranjas, los partidos que echábamos en la plaza de la iglesia del pueblo. No nos hacían falta balones, pelotas, ni esféricos como dirían los pibes argentinos. Para eso estaban aquellos árboles tan frondosos cargaditos de “esféricos”. Que se rompía uno, daba igual, al árbol por otro. Lo malo era cuando se oía la voz aquella de, “que viene Luca, que viene Luca”. A correr, dejando nuestro campo de fútbol todo sembrado de “esféricos” desinflados, mientras que el municipal gritaba “venípacá, venipacá”.

¡Vaya “pechá” de naranjas que te estoy dando, amigo Esteban!

Y hablando de naranjas, hay que ver lo buenas que están las naranjas de la Junta de lo Ríos y de toda la vega del Guadalete. Buenas, buenas, buenas.
También están muy buenas las de la Hacienda Nueva, las que están en la carretera Arcos-Bornos, junto a la “Pequeña Holanda”.

¿Holanda he dicho?

Ahora, ahora caigo. Lo que te quería decir hoy es que, con lo que a ti te gusta el fútbol, fue precisamente a Holanda, a Nederland, a los Paises Bajos, a los que llamaron en su día la NARANJA MECÁNICA, a los que le ganamos la final del campeonato del mundo en Sudáfrica. ¿Te acuerdas, amigo Esteban?

Un abrazo

Domingo

HAZAÑAS BÉLICAS (I)



Tenían cinco minutos para llegar a la cima; aquél que no llegase, era hombre muerto. Una vez arriba, tomaban posiciones, sin ser vistos desde el nacimiento, aprovisionándose de piedras y guijarros con el fin de intimidar a sus enemigos en su empeño futuro por conquistar la cima.
Ocupadas las posiciones, y antes que llegasen los atacantes a los inicios del escarpado, algunos de los defensores probaban la velocidad que tomaban sus armas arrojadizas, observando cómo éstas llegaban al mismo borde de la base de partida enemiga.
Y comenzaba el asalto.
Tan pronto como se iniciaba el ascenso por parte de los asaltantes, una lluvia de guijarros descendían pendiente abajo a una velocidad vertiginosa, como emulando la lluvia de flechas en las defensas de los castillos medievales.
El primer objetivo del bando atacante era conseguir alcanzar, hacia el ecuador de la inclinada pendiente, el escalón de casi un metro de altura que serviría de cobijo para guarecerse de los materiales arrojadizos.
Una vez alcanzado el mencionado escalón, cobijados y adhiriendo los traseros a sus paredes, los osados asaltantes enmudecían al oír el silbido de los guijarros por encima de sus testas.
Y ahora venía lo más difícil.
¿Quién asomaba la cabeza para dar la orden de proseguir el ataque, siempre que viese el momento en que ninguna nueva andanada de proyectiles rodantes mermara el ímpetu de sus compañeros de ataque?
Algunos, los más fríos y pacientes, aconsejaban esperar, a fin de que los defensores se quedasen sin provisiones arrojadizas. Otros, los más temerarios, jugándose el pellejo, acometían el envite final.
Unas veces se conseguía y otras veces no. Pero lo que sí siempre se conseguía, todos juntos, defensores y atacantes, era el remojo de los pies en la tajea del molino ancho.
Así era, señoras y señores; en eso consistían las luchas de la PIEDRA ROAERA.

Domingo.

domingo, 20 de enero de 2013

ARTÍCULO DE OPINIÓN.

Quizás por mi condición de bético de toda la vida (sin pretensiones racionales de ser campeón), o por mi alejamiento de todo lo que suponga figurar en primera fila de salida, o quizás por aversión o encono hacia los que prefieren sacar la cabeza sin mirar o tener en cuenta cuántos cadáveres tienen que dejar a su paso, es por lo que siempre he valorado el trabajo bien hecho, sin tener en cuenta quién lo ha hecho.

Y digo esto porque cada vez más con más asiduidad, observo cómo las personas nos dejamos llevar (y aunque no me gusta generalizar, voy a hacerlo en esta ocasión) más por el sujeto del hecho que por el hecho en sí, más por lo que piense la mayoría que por tener una idea propia sobre cualquier asunto, más por subirnos plácidamente en el barco del campeón que tener que coger los remos para abrir un camino, más porque nos pongan la comidita en el estómago (sin tener ni siquiera que masticar) que tener que evaluar y pensar por nosotros mismos qué y cuáles son los alimentos más propicios y beneficiosos para nuestro organismo.

Y asín nos va.

Para muestra, un tarro lleno de botones. Veamos algunos de ellos.

En la política. Da igual lo que haga mi partido o mi sindicato. ¿Yo me voy a molestar en poner en duda que lo que han decidido mis líderes políticos está mal? No; si lo han decidido ellos, debe de estar bien; defenderé sus acuerdos a capa y espada. Y es más, si en un primer momento veo que sus decisiones no me están favoreciendo, lo único que tengo que hacer es volverle a dar mi confianza, estando seguro que sus decisiones debieron de tener una explicación lógica y convincente. Y otra cosa, todo lo que digan o hagan los opositores a mis líderes políticos, está pero que muy mal; no me explico cómo tienen tan poca vergüenza de decir o hacer eso; son unos descerebrados.
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En el fútbol. En cualquier reunión en la que nos hallemos nos vamos a encontrar con que a un diez por ciento no le gusta nada el fútbol, que un veinte por ciento del total es seguidor de equipos de "segunda línea", y que el setenta por ciento restante, o bien es simpatizante del Madrid o del Barça. Está claro que a la mayoría le gusta embarcar en el barco del campeón o del que tiene más posibilidades de serlo: de sufridores, nada de nada.
¿Yo voy a ser del Depor, del Valencia, del Málaga, del Betis o del Atleti? Para cuatro alegrones mal contados que me van a dar; ¡anda ya!; yo me apunto a uno de los dos grandes, y así en cualquier reunión que tenga, podré fardar de títulos y de jugadas de mis jugadores. Porque , si soy seguidor de uno de esos equipos de "segunda línea", sólo podré decir del pedazo de gol que metió uno de los jugadores de mi equipo: "¡qué pedazo de gol!: si ese mismo lo hubiese metido Messi o Cristiano, hubiera dado la vuelta al mundo".

Y a lo que iba, y por lo que iba.

Cada día me gustan más las coplas de carnaval, pero cada día me gusta menos el concurso de agrupaciones del Falla. Volvemos a lo que hablábamos. Da igual lo que se cante y cómo se cante en las tablas del Gran Teatro; lo único que importa es quién lo canta. Que canta el Selu, el Aragón, los Carapapas o el Love: "ufffff, qué maravilla", "que pasodoblón, pisha", "este año viene más fuerte todavía", "un pelotazo, colega, lo que yo te diga, un pelotazo", "qué bastinasso, pisha; lo ha bordao", "este año van de primer premio" ……..; y así mil y un comentarios, y todo ello, no sólo sin escuchar a la agrupación de sus amores, sino sin pararse siquiera en oír al resto de agrupaciones.
Al resto de agrupaciones, las de"segunda fila", sólo les queda el que digan de ellas, comentarios como: "muy trabajada, muy trabajada", "tienen golpes buenos" o "si sigue así, llegan algún día".
http://www.youtube.com/watch?v=g3DpRlCJANk

Pero da igual, la vida sigue, y el año viene seguirá habiendo carnaval, final de la Champion League o Presupuestos del Estado. Y nosotros, nos seguiremos dejando llevar por lo que diga o haga el equipo, el partido o la comparsa de nuestros amores: el resto, como nos cuesta trabajo pensar, no existen.

Asín nos luce el pelo.

Domingo
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