lunes, 2 de agosto de 2010

BOTAFUMEIRO

No sé si será verdad o mentira, pero me ha comentado un amigote mío de Poio (Pontevedra), que en el día de ayer hizo su peregrinar particular hasta la catedral del Santo Apóstol y tuvo la suerte de disfrutar del balanceo transversal del famoso botafumeiro. Pues bien, en uno de los momentos en que el centenario y monumental incensario aminoró su marcha para volver nuevamente a su lugar de partida, pudo observar una pequeña pegatina en tonos gualdos y celestones con pequeñas e ilegibles anotaciones (desde el lugar de su observación). Movido por la curiosidad, esperó hasta la decisión obispal de la detención del oscilante botafumeiro, para dirigirse a los tiraboleiros y hacerles ver de tan insignificante pegatina. Y es cuando, ante la sorpresa de los acólitos lanzadores de fuego compostelanos, se oyó la voz de un jerifalte catedralicio, que dijo: "carayo, isto é obra dun bornicho, porque aqui non hai meigas ". Tal fue el estupor que ocasionó en los concurrentes, que el mencionado jerifalte compostelano ordenó el que, en honor del pequeño y gran pueblo de Bornos, el botafumeiro volviese a recorrer transversalmente la catedral del Santo Apóstol. Y yo pregunto, quién, cuándo y cómo consiguió incrustar en el famoso botafumeiro compostelano ese pedazo de pegatina? 

Domingo.

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